
Libro,
botella, cenicero.
(No flor, ni ola, ni rocas.)
He llamado a las cosas
por su nombre, aunque el nombre
rompa el hechizo. Quiero
todo aquello que ha sido
el instante, su carne
y su alma (no sólo
su alma), lo que el tiempo
roe (no lo que el tiempo
purifica).
J.H. (poeta con cabeza muy estatuizable, a juzgar por el número de cabezas de hierro que ha inspirado, por ejemplo, en San Sebastián de los Reyes o Santander)