Me conozco, y conozco la profundidad de mi egoísmo. No sé estar en paz (y estar en paz es mi mayor deseo) si otra persona sufre, si lo oigo o lo veo o lo toco. A veces los inocentes confunden esto con falta de egoísmo. Cuando en realidad lo que hago es sacrificar una pequeña ventaja --en este caso la de que atendieran antes mis heridas-- para conseguir una ventaja mucho más grande, la paz de la mente, que me permite pensar únicamente en mí mismo.
G.G. (inglés)
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